Aunque no pude asistir el último día a clase de DDIC sí me informé del debate que se llevó a cabo.
El resumen del debate es bastante delicado y complicado y más aún sin escuchar directamente a la persona implicada.
Una compañera de DDIC, que no tengo el gusto de conocer todavía, sufrió una mala experiencia con un alumno menor de edad de un instituto de Melilla, el cual, al parecer empujó y tiró al suelo a dicha profesora por pedir al alumno que le entregara el teléfono móvil con la intención de requisarselo hasta despues de clase ya que no esta permitido su uso durante las mismas.
Por parte del equipo directivo ha habido un gran apoyo, creo que el alumno ha sido expulsado del instituto y se va a prodecer a un cambio. No se va ha hacer pública la noticia y tampoco se a poner una denuncia.
¿Es lo mejor para todos, docentes, ciudadanos, sociedad o más aún para la persona implicada?.
Desde mi punto de vista NO. Lo primero que se debe hacer es ir al hospital para que exista un parte médico en el que se especifiquen los daños sufridos, después, siempre se debe denunciar, y la fiscalía del menor decidirá si se le impone un castigo o reprimenda,ya que si no lo hacemos nunca habrá un expediente que pueda servir a dicha fiscalia para tomar una mejor decisión. También se debe avisar a sus padres ya que son los reponsables de ellos. En el caso de que hubiese más faltas en su expediente el fiscal del menor tomará las medidas oportunas pero desde luego si nadie denuncia el fiscal no podrá saber si es reincidente o no.
¿Cuál es el papel del orientador en este caso? Pues primero dar todo el apoyo posible a la persona perjudicada y asesorar lo mejor para ella. Tener charlas con el alumno y sus padres o tutores e intentar comprender porqué actúa así y hacerles ver todo lo que le va a pasar a él y a su familia si decide proseguir con su actitud. Creo que este modelo de alumnado y sus familias deberían llevar un seguimiento psicológico muy exhaustivo, en cualquiera de los centros en los que se ubiquen.
